El overclocking extremo es como es, utilidad prácticamente nula y mucha espectacularidad en las cifras. Parece que Intel y asociados tienen la intención de que se juegue bastante con esto en los primeros días de vida de su familia Core X de procesadores.
Hace unos días os mostrábamos el trabajo de Elmor con el Intel Core i9 más bajo de la nueva serie, consiguiendo colocar la velocidad del procesador a 5,7GHz. Para conseguir esto se empleó refrigeración basada en nitrógeno líquido, lo que trajo consigo la ruptura de algún récord en benchmarks. Ahora el protagonista vuelve a ser Intel, con otros ingredientes.
Es curioso, estos procesadores todavía no se venden, pero es lógico que empresas como Gigabyte tengan acceso a ellos antes que nadie, ya que los van a probar y montar en configuraciones que nos van a vender dentro de unos días. El procesador elegido en esta ocasión es un Core i7-7740K.
Si miramos la tabla que el otro día os compartimos, en la que viene toda la nueva familia Kaby Lake X, este es el más potente de las dos opciones. De forma “natural” corre a 4,3GHz, pero gracias al modo TurboBoost 2.0 se puede colocar a 4,5GHz. Pues los ingenieros de Gigabyte, junto a los overclockers de TeamAU, lo han puesto a correr a 7,5GHz.
Este tipo de experiencias son curiosas, nos ayudan a entender límites, comprender hasta donde se puede llevar el rendimiento de soluciones domésticas con métodos muy controlados de refrigeración, que difícilmente vamos a replicar en casa. Estaría bien que le metieran mano al Core i9 de 18 núcleos.
Via:xataka